Hubo un día en que Colombia hizo silencio, porque uno de sus generales del fútbol no podría hacer sonar su rugido en los estadios de Brasil, y con esa noticia se iba parte del corazón del pueblo. Fueron días difíciles y llenos de impotencia por no tener a uno de los hijos gloriosos de la tierra del café, haciendo brillar la piel de Colombia por lo alto.
Pero ahora corre un rumor, se dice que fue mentira, que Falcao sigue saliendo a la cancha, y que estuvo junto a James haciendo los goles frente a Uruguay, se dice que corre toda la cancha, y que incluso ayuda a David Ospina a cuidar del arco Colombiano. Algunos dicen que lo han oído en los gritos de miles de colombianos alentando al equipo, se dice que se lo han visto en la mirada de los más pequeños cuya esperanza y seguridad de gloria es la de un tigre, la del tigre Falcao.
En el partido frente a Brasil, nadie puede dudar que jugó Falcao, que ahí estuvo su corazón, en cada drible, en cada gota de sudor, en cada esfuerzo y milímetro de la cancha estuvo Falcao, porque él es más que un jugador, es el corazón de un sueño, y ese sueño no podrá separarse del soñador, de ese gigante que hoy salió a brillar en cada una de las 11 camisetas tricolores en esa cancha, y estuvo en cada grito de un hincha que alientó hasta más no poder, sabiendo que hoy fué un día histórico, que hoy todos fuimos Falcao, que hoy jugó Falcao. (4 de Julio de 2014, Colombia vs Brasil)
