Si mañana amanezco vivo quiero salir a gritar en la calle, me quiero reír de mis torpezas, voy a saborear con cuidado cada comida, quiero confesarle mis sentimientos a esa mujer que amo en secreto, voy a correr por diversión, voy a dormir cansado de trabajar en mis metas, voy a soñar y no permitiré que nadie me diga que ya estoy muerto, pues solo un muerto no puede soñar. Si mañana amanezco vivo voy a regalar abrazos, porque pueden ofrecer lo que el dinero no puede comprar: amor. Evitaré que el odio, el cansancio y el mal humor me roben mis únicas 24 horas que tengo.
Si mañana amanezco vivo saltaré y mostraré todos mis dientes al sonreír, porque así es mi alegría: única.
Yo no tengo un mañana en mis bolsillos, no me llegará por contrato, nadie me lo ha prometido, ningún político lo puede traer u ofrecer, por eso no esperaré hasta mañana para empezar a ser feliz. Seré feliz siendo exactamente quien soy. Además, nadie puede repetir el ayer, por eso, si mañana me volviese a levantar dejaré que el pasado entienda el pasado, el futuro espere al futuro, pues mientras tanto, yo estaré gritando, riendo, sintiendo, saltando y haciendo mis sueños realidad al disfrutar de este lindo, único y fugaz regalo llamado presente.
Famel Vasquez
Licenciado en Comercialización