Siempre antes de salir a su trabajo habitual, un vendedor se ponía ante el espejo y miraba por un tiempo su rostro, hasta que decía “ahí estás”, entonces tomaba su portafolio y salía a trabajar. Las ventas fueron mejorando, por lo que la empresa lo nombró “el vendedor del mes”, y fue enviado junto con un compañero a representar a la empresa en una feria internacional. Al regreso, los comentarios sobre el mencionado vendedor eran muy halagadores, interesantes y extravagantes. El Jefe, muy contento lo llamó para felicitarlo, y para sacarse una duda, ¿Por qué todas las mañanas, antes de salir a la feria se había mirado frente al espejo hasta decir “ahí estás”?
Ante dicha pregunta el vendedor sonrió y le contestó: No es nada raro, soy un hombre común, a veces gano y otras pierdo, pero todas las mañanas, antes de salir a vender, voy al espejo y dedico todo el tiempo necesario hasta que encuentre en mis ojos la mirada de un campeón, de ese león que hay en mí, cuando lo encuentro no lo dejo ir hasta que termine el día de trabajo. Ese león no se rinde, se equivoca pero no fracasa, pierde una batalla, pero no la guerra, pierde un cliente, pero no la venta.
Solo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos.
Tom Hanks (Forrest Gump)
Las grandes victorias se construyen con pequeños detalles constantes.
No salgas te tu casa si no has encontrado al león que hay en ti.
Famel Vasquez
Licenciado en Marketing