Tres consejos para mantener tu Virginidad


Renueva tus metas
Desafía la veracidad de tus creencias
Busca un mentor

En los años antiguos, cuando la virginidad era parte normal y casi obligatoria de una dama para que un hombre la eligiese y así poder casarse, se cuenta que hubo un monje que aseguraba restituir la virginidad de aquellas que no habían conseguido conservarla.

El proceso de reconstrucción duraba 7 años dentro de un monasterio. Durante el primer año eran obligadas a restaurar su mente, pues el religioso decía que la más importante y difícil tarea era lograr recuperar la virginidad de su alma. Para eso tenían un estricto régimen de lectura y meditación. La historia universal, economía, política, matemática, filosofía, grandes pensadores y novelistas formaban parte de dicha colección literaria. En el segundo año se veían obligadas a desarrollar, o como decía el monje, “revivir” el espíritu al tener una rutina diaria de artes, entre ellas estaba la música, la pintura, escultura, danza y teatro. En el tercer año debían estudiar los fundamentos de una fe, en cualquiera que ellas hubieran decidido creer, esto incluía el adoptar hábitos para su tiempo, su salud, su cuerpo y su mente.

El cuarto año era el más difícil, pues el monje había establecido ese tiempo, como el tiempo de la renovación, en otras palabras, durante ese año debían reunirse todos los días para refutar y así olvidar todo lo que habían aprendido, tanto lo que había sido bueno, como aquello que no había resultado o sido beneficioso. Las ideas literarias, artísticas y religiosas que habían recogido en los primeros tres años de tratamiento. La gran mayoría de las pacientes no conseguían avanzar dentro de dicho proceso, por lo que el monje les asignaba la tarea de seguir y consultar a aquellas pacientes que habían aprobado el cuarto año y cursaban el siguiente nivel, esto era conocido como la ley del mentor.

En el quinto, sexto y séptimo año, además de ayudar a las pacientes de cuarto año, debían repetir la lectura de los mismos autores del primer periodo de tratamiento, buscar en las mismas experiencias artísticas y espirituales de los primeros tres años, pues ahora todos los conceptos parecían nuevos, o más profundos.

Luego de terminar el proceso, el monje realizaba las renombradas “comidas de reconciliación” donde los caballeros del lugar buscaban damas para desposar, y luego de algunas citas, no había ninguna de ellas que no sea elegida para  contraer matrimonio.

Al pasar muchos años desde que la última de las alumnas del monje se hubiere graduado, un curioso escritor buscó a alguna de ellas para investigar y entender el poderoso proceso, y luego de muchas preguntas lo único que pudo concluir fue lo siguiente:

Primero
Hay un ciclo de tres consejos para recuperar la virginidad:

Renovar tus metas
Desafía la veracidad de tus creencias
Buscar un mentor

Segundo
La más importante virginidad que se debe mantener, es la de la mente, alma y espíritu.

Tercero
Los hombres preferían una mujer virtuosa, fuerte y valiente, más que aquellas que solo guardaban su virginidad sexual, pues esta última, en realidad nunca la recuperaban. Pero luego de conocerlas ya no importaba.

Las mejores ideas, oportunidades, negocios, o aquello que todos conocen como buena suerte, empieza con una mente, alma y espíritu que sabe mantenerse virgen y siempre lista para aprender y cambiar.

Famel Vasquez
Licenciado en Comercialización

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